lunes, 28 de noviembre de 2016

HISTORIA. La España del siglo XVI, conflictos internos y externos.

EL REINADO DE FELIPE II
Felipe II hereda los territorios de su padre Carlos I, a excepción de los territorios austriacos y el título de emperador de Alemania.
Se  casó cuatro veces buscando un heredero varón para la corona. Primero con María de Portugal, posteriormente con María Tudor de Inglaterra que poco después murió también. Más tarde con la francesa Isabel de Valois que al quedarse nuevamente viudo y sin herederos varones se casó por cuarta vez con su sobrina Ana de Austria de la que nacería el único varón que sobrevivió a la infancia, Felipe III, del que nunca confió en exceso: «Dios, que me ha dado tantos reinos, me ha negado un hijo capaz de gobernarlos. Temo que me lo gobiernen».

Se dedicó en profundidad al gobierno de sus reinos. Se preocupó del gobierno y asuntos de Castilla y fijó la capital de su imperio en Madrid.
Tuvo que hacer frente a una serie de problemas internos:

- Rebelión de las Alpujarras: la cuestión morisca.
Carlos I, en 1525, había concedido a los moriscos españoles un plazo de cuarenta años para el abandono de sus prácticas. El plazo expiraba, pues, en 1565. Debido a un apoyo prometido por los turcos, los moriscos granadinos se rebelaron en 1568.

Para evitar la llegada de los musulmanes africanos don Juan de Austria actuó con rapidez y consiguió una brillante victoria en un terreno difícil. Fueron expulsados del Reino de Granada 85.000 moriscos. Pero Felipe II, contra lo que le aconsejaban, no optó por la expulsión a África, sino por una complicada redistribución de los moriscos granadinos por las zonas del interior del norte de España: Soria, Burgos, Palencia, Zamora, Santander, Ávila, Segovia, Salamanca y León.

- Revueltas en Aragón.
En Aragón el régimen señorial era muy duro. Felipe II intentó cambiar la jurisdicción señorial por la real, con el apoyo del pueblo, pero la aristocracia se rebeló. En estas circunstancias, Antonio Pérez, secretario del rey y fugitivo de las cárceles castellanas se acogió a la protección de la Justicia de Aragón, Juan de Lanuza.

El ejército real en septiembre de 1591 venció al aristocrático. Juan de Lanuza fue ejecutado pero Antonio Pérez logró huir a Francia. En buena medida fue el creador de la “leyenda negra” antiespañola. Felipe II reformó los fueros aragoneses restando muchos de sus privilegios.

- Los problemas con el príncipe Don Carlos.
Nacido del matrimonio con su prima (por parte doble) María de Portugal parece que el fruto de su matrimonio nunca gozó de buena salud (ni física ni mental) posiblemente debido a la endogamia que puede incrementar las posibilidades de que la descendencia sea afectada por rasgos recesivos o deterioros genéticos.
Su padre nunca llegó a confiar en él debido a sus brotes desmedidos y excesos y el príncipe don Carlos empezó a intrigar contra su padre. Felipe II, enterado de estas intrigas palaciegas, lo mandó arrestar en su cuarto, donde debido a su debilidad y a otros factores (intentó hacer una huelga de hambre) murió al poco tiempo. La leyenda negra hizo correr ríos de tinta sobre el asunto acusando a Felipe II del asesinato de su hijo, difundida sobre todo por los rebeldes holandeses.

- Bancarrotas y problemas internos.
Las cuestiones financieras le sobrepasaron, dado el peso de los gastos militares sobre la maltrecha Hacienda Real.

La preocupación por el estado de las finanzas va a ser motivo de los mayores desvelos del rey. Su padre le había dejado una herencia de deudas muy altas, debiendo grandes cantidades a banqueros alemanes y genoveses.

Los gastos superan a los ingresos y la bancarrota llega el segundo año de su reinado en 1557. No será la única. Felipe hubo de declarar a la Monarquía en bancarrota en tres ocasiones más (1560, 1575 y 1596).


En política exterior debemos destacar los siguientes puentos:
- Enfrentamiento con Francia.
Con Francia se enfrenta el primer año de su reinado derrotándola en la batalla de San Quintín en 1557. En conmemoración de esta victoria se construirá el monasterio de San Lorenzo del Escorial, que se convertirá en el panteón real.
Firmada la paz y el acuerdo de matrimonio entre la hija del rey francés, Isabel de Valois y Felipe II se casan. Los enfrentamientos cesan hasta fin del siglo.

- Conflictos en los Países Bajos.
Flandes será otro foco de tensión y la causa del debilitamiento económico de España.
Para el reino estos territorios eran de vital de importancia. Amberes era el puerto más importante de Europa del norte, que servía como base de operaciones a la Armada española, y un centro donde se comerciaba con bienes de toda Europa,
Allí va a instalarse con fuerza la religión calvinista a la que se va a unir un cierto movimiento nacionalista antiespañol encabezado por algunos nobles que buscan una mayor independencia y una menor injerencia de la corte de Felipe. Felipe II instala el Tribunal de la Inquisición allí y prohíbe la libertad de cultos.
Las insurrecciones fueron de continuo y fueron fomentadas por las potencias enemigas de España y que utilizaron la cuestión religiosa como estrategia política. Quemaron más de cuatrocientas iglesias y monasterios cristianos y cometieron innumerables crímenes.

- Guerras con el Imperio Otomano.
Se tuvo que enfrentar a los mismos conflictos que su padre. Proteger a los católicos europeos de los desmanes revolucionarios protestantes y hacer frente a los turcos que habían ocupado toda la Europa oriental, tenían sitiada Viena y acababan de conquistar Chipre a la república de Venecia.

Firmó la paz de Cateau-Cambrésis (1559) con Francia, por la que se establecía una alianza contra los infieles y los herejes. El pacto quedó sellado con su matrimonio con la infanta francesa Isabel de Valois.


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