Sólo nos quedaría por repasar la evolución política
de los reinos hispanos durante la baja Edad Media, un periodo de crisis que va
a contrastar con el anterior periodo de crecimiento.
A partir de mediados del siglo XIV y durante el XV
entramos en una etapa de crisis en todos los aspectos: demográfica, económica,
social, feudal y religiosa; estudiaremos esta crisis en los reinos hispánicos.
En lo político se complica más la situación ya que
los reyes quieren recuperar, basándose en el derecho romano, todo el poder
perdido con el feudalismo, esto enfrenta a las monarquías europeas en duras
luchas contra la nobleza que se resiste a dejar escapar sus prerrogativas.
Durante este periodo vamos a ver la lucha de los reyes, tanto en Castilla como
en Aragón por recuperar su poder, y en un proceso paralelo veremos las
tendencias hacia la unificación que se van a producir, atendiendo sobre todo al
encumbramiento de una misma dinastía reinante en ambos reinos, los Trastámara,
en Castilla Enrique II se hará con la corona ayudado por un sector de la
nobleza tras asesinar en Montiel a su hermanastro el rey Pedro “el cruel”
(mientras la nobleza llamará a Enrique “el de las mercedes”) y en la Corona de
Aragón, tras el compromiso de Caspe en 1412 se alza con la corona el regente de
Castilla, Fernando “el de Antequera”, marcando así el camino hacia la unión que
quedará plasmado en el matrimonio años más tarde de los herederos trastámaras
de ambas coronas, Isabel de Castilla (heredera al trono castellano tras el
Tratado de los Toros de Guisando en 1468) y Fernando de Aragón
Como ya vimos, desde el punto de vista económico la
producción no alimenta a una población que crece, y las malas cosechas acaban agravando
aún más la situación. El hambre y las malnutriciones son el caldo de cultivo ideal
para la propagación de terribles enfermedades como la Peste Negra o bubónica que
acabó con un tercio de la población europea.
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