En 1700 Carlos II designa a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, heredero de la Corona española, varios países apoyan al otro pretendiente el archiduque Carlos de Habsburgo por lo que se inicia la Guerra de Sucesión. Toma un doble ámbito de desarrollo, guerra europea y guerra civil interna.
Como guerra europea el bloque franco-español se enfrenta contra Inglaterra, Austria, Holanda y Portugal, estos opuestos al aumento de poder de Francia con una misma dinastía a uno y otro lado de los Pirineos. La guerra civil peninsular se polariza entre los de la antigua Corona de Aragón decidida por el austriaco y en contra del centralismo castellano y enfrente los que apoyan a Felipe V, fundamentalmente castellanos. En el ámbito peninsular los borbones llevarán la delantera, venciendo a las tropas austracistas aragonesas en la Batalla de Almansa (1707) en la que caen el Reino de Aragón y el de Valencia.
El ejército borbónico es derrotado en Italia y en los Países Bajos, pero cuando el Archiduque Carlos es nombrado emperador de Alemania a Inglaterra no le interesa la posibilidad del retorno al antiguo imperio austriaco. Inglaterra detiene su participación y orienta sus intenciones hacia la paz.
En España la guerra continuó tras la paz de Utrech hasta la victoria sobre los austracistas en Cataluña a finales de 1714 y mallorquines a principios de 1715.
La Paz de Utrecht (1713) estableció unas consecuencias militares como la demolición de la base naval francesa de Dunquerque. Mercantilmente, supuso el derecho de asiento de esclavos hacia América en favor de los ingleses durante 30 años, que también se vieron favorecidos por el navío de permiso comercial hacia América , hasta las 500 toneladas. En la práctica aprovecharán este permiso para un tráfico americano más amplio.
Las modificaciones territoriales suponen la pérdida española de los territorios europeos. Se entrega a Inglaterra Menorca, Gibraltar y la isla de Terranova que pertenecía a Francia.
En el tratado de Rastadt con Austria se entrega a este país a cambio del reconocimiento borbónico Flandes, Milán, Nápoles y Cerdeña y al duque de Saboya Sicilia.
Este conflicto resulta en el ascenso de Austria y Prusia que equilibran el poder de Francia en el continente, mientras Inglaterra comienza su hegemonía económica, política y comercial en Europa sustituyendo a Francia como primera potencia y España pasa a un segundo plano a nivel europeo al perder sus posesiones en Europa.
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