FELIPE IV. GUERRA Y CONFLICTO EN
EL REINADO (1621-1665)
Felipe IV a caballo. Velázquez |
Después del reinado de Felipe IV
se acaba la hegemonía hispánica en Europa y con él también finaliza el
pacifismo de Felipe III “el piadoso”
Desde que empieza a gobernar se extiende
una crítica contra la política pacificadora de su padre. De 1618 a 1621 toda la
política de Felipe III se pone en revisión y se vuelve a un escenario de
guerras.
Felipe IV quería ser recordado
como el más grande de los Austrias, como el “el Grande” o “el rey planeta”.
1º Política del Conde duque de
Olivares. Reforma y política de prestigio.
Conde Duque de Olivares. Velázquez |
La figura principal de este
siglo, por su carácter en medidas centralistas fue el valido conde duque de
Olivares. Ocupa su puesto entre 1621-1643, era un hombre de gran responsabilidad,
muy autoritario, ambicioso y de formidable cultura. Se consideraba
así mismo como un gran estadista.
Su política parte de la reforma y
de la reputación. Para el equipo ministerial de esta época era muy importante recuperar el prestigio que había decaído
durante la pax hispanica de Felipe
III y la única forma de conseguirlo era recurriendo a las armas, su objetivo
era llevar a la monarquía de los Austrias a su máxima expansión.
El conde duque de Olivares sabía
que para poner en marcha esta política necesitaba mucho dinero: desde elementos
propagandísticos hasta crear un ejército temido por todos, y para que fuese
posible había que emprender un programa de reformas en la monarquía: El Gran Memorial, escrito elaborado por
el mismo Conde y que presentó al rey (quien era para él un amigo íntimo). Este
memorial incluía numerosas reformas de multitud de caracteres.
Por otro lado se plantea el
problema de tener a diferentes territorios sin obedecer las mismas normas. Para
solucionar el conflicto, propone que todos los territorios se ajusten al modelo
castellano y así poder aumentar el poder del rey, se plantea de esta manera un modelo centralista.
Además pone en marcha el proyecto
de la Unión de Armas (1625), 140.000
hombres al servicio de los Austrias, todos los territorios se unen en armas
para servir al rey, pero supone un cambio en la estructura de la monarquía
hispánica y resulta ser un desastre.
El fracaso de la Unión de
Armas se debe a la oposición de los catalanes, portugueses, flamencos… y
justo en ese momento la monarquía se encontraba metida en la guerra de los 30
años.
2º España en la Guerra de los 30
años.
Desde 1618 España se ve envuelta
en la Guerra de los 30 años, última guerra de carácter religioso, desencadenada
en Bohemia y a la que se le mezclan otras causas. Implica a países que van
desde Suecia, España (que entra en 1621), Portugal, y Norte de Italia.
El archiduque Alberto fallece sin
descendencia que gobierne las Provincias Unidas, por lo que Felipe IV las
heredó. Los holandeses no quisieron reconocerlo y se reanudó la guerra, cuando
se producen los primeros triunfos para los españoles (primera fase de la
guerra). Poco a poco comienzan a llegar nuevos enemigos. Dinamarca se encuentra
cercada y decide entrar en guerra (de forma preventiva), altera el panorama, se
sobreponen los católicos y la derrotan.
Después Suecia se ve acosada, y
decide entrar también, su ejército es uno de los más fuertes de Europa, pero la
monarquía hispánica les vence en una batalla muy importante.
Entonces Francia, a pesar de ser
católica, decide entrar del lado del bando protestante para debilitar a los
Austrias y al Sacro Imperio. A partir de aquí cambia el rumbo de la guerra y el
bando católico (defendido por los Austrias) comienza su declive y llegan las derrotas
(batalla de las Dunas en 1639, de Rocroi en 1643…)
Así las cosas y con una enorme
deuda contraída a causa de mantener tan grandes ejércitos a la monarquía
española no le queda otra que acabar firmando la paz. En 1648 el bando católico
imposibilitado para continuar la guerra negocia la paz con el bando protestante,
firmándose la paz de Westfalia , lo
que supuso la pérdida definitiva de la hegemonía española en Europa. Se
independizan las Provincias Unidas, en concreto Holanda, pero el Flandes
católico continua bajo el mando español hasta 1713. Además queda rota la
comunicación entre la Italia española y Bélgica a través del camino Español, haciéndose Francia con
los territorios de Lorena
La paz con Francia se firma en
1659 con la Paz de los Pirineos,
donde Felipe IV cede Artois y el Rosellón, allí se concierta el matrimonio de
María Teresa de Austria, hija de Felipe IV y Luis XIV de Francia.
Pérdidas territoriales de la corona en el siglo XVII |
3º La crisis de 1640
La situación era muy grave en los reinos hispánicos, la hacienda estaba arruinada y las derrotas en la Guerra de los 30 años no cesaban, para hacer frente a este problema el conde duque de Olivares intentó llevar a cabo algunas reformas como la Unión de armas, por la que todos los reinos deberían contribuir a la hacienda española en proporción a su riqueza además de contribuir a sostener los gastos del ejército y la guerra, proyecto este que será mal visto por los territorios hispánicos no castellanos. Se produjeron
revueltas en Cataluña, Portugal, Nápoles y una conjura en Andalucía.
Cataluña: Se pide dinero para acabar la guerra a sus súbditos, los
catalanes lo entienden como una ruptura, ya que además a ellos en particular no
les afectaba la guerra, a medida que pasan los años este malestar va creciendo.
Consideran esta situación un ataque a sus formas políticas, lo que provoca la
revuelta. Proclaman su independencia y se “echan en brazos” de Luis XIII de Francia. Cataluña pasa a ser una provincia francesa y se convierte en campo de batalla entre el España y Francia, teniendo ahora los catalanes que soportar la administración francesa y el mantenimiento del ejército francés, todo esto va a provocar el descontento de los catalanes que acabarán aceptando de nuevo la incorporación a la corona hispánica en 1652. Las consecuencias de esta revuelta serán más perjudiciales para Cataluña cuya naciente industria fue ninguneada por el rey francés convirtiéndose esta provincia en un nuevo mercado para la industria francesa (sobre todo el textil).
Las sublevaciones llegan a Portugal: la derrota en las Dunas impide
la seguridad política en Portugal. No estaban protegidos por Felipe IV. Además
muchos portugueses fueron desplazados de sus cargos políticos por Olivares.
Estos comienzan a plantearse si le interesa seguir con una monarquía que no les
garantiza ni el comercio ni el resto de intereses.
La sublevación está relacionada
con los acontecimientos de la época, no está ligada al dominio, simplemente
buscaban enriquecerse y no surgió. Algunos portugueses se mantienen fieles a
Felipe IV, otros proclaman rey a Juan IV de Braganza. Felipe tenía que
decantarse por la revuelta catalana o portuguesa.
Hasta 1660 no podrá ocuparse de
Portugal, cuando estos se habían hecho con un gran ejército y con el apoyo de
Inglaterra, quien pasa a supervisar la política portuguesa.
Se producen las derrotas de
Castelo Rodrigo en el 1664 y Villaviciosa en 1665.
En el 1668 finalmente se firma el tratado de Lisboa, con el cual Portugal se independiza de la monarquía
hispánica, pero pierde Ceuta.
Andalucía: Los tensiones también afectan al interior de Castilla
debido al peso de impuestos, levas, empobrecimiento y el clima de opresión.
Se produce la conjura de Medina
Sidonia. Olivares persigue a este noble por ser nieto del duque de Lerma. El
duque de Medina Sidonia estaba en contra de esta persecución, así que se
aprovecha de esta situación de debilidad de la monarquía para separar sus
dominios y exiliarlos a Portugal. El conde de Olivares le castiga y le quita
todos los bienes al primo de éste a quien usan como cabeza de turco, fue asesinado.
La conspiración del duque de Medina Sidonía es descubierta antes de que se
lleve a cabo y los cabecillas son depuestos y el duque arrestado y condenado a
muerte (aunque luego sería perdonado por el rey). No tuvo una gran
trascendencia e incluso se duda sobre su veracidad aludiendo a que sólo fue una
revancha del Conde Duque contra el Duque de Medina Sidonia por rivalidades
personales.
Nápoles: Revuelta de Masianello. Ante la situación, este pescador,
consigue sublevar a toda la población más contra el gobierno local y la nobleza
local de Nápoles que contra el propio rey (Al grito de “Viva el rey y abajo el
mal gobierno”. Los franceses se intentan aprovechar de esta situación pero los
napolitanos los frenaron, finalmente y tras un perdón general los napolitanos
vuelven a la obediencia de Felipe IV.
Por lo tanto, pese a la gravedad
de la crisis de 1640, sólo el reino de Portugal acabará separándose de España y
el resto de reinos volverán al dominio hispánico.
A partir de 1660, Felipe IV
prescinde de los validos, aunque la gestión seguía igual. Comienzan las
críticas contra el rey y en 1661 aparece una pintada en el alcázar de los Austrias:
"Si el rey no muere, el reino
muere"…
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